lunes, 7 de diciembre de 2015

LAS MEIGAS EN EL FÚTBOL





Blanc besando la calva del portero Barthez





Los que ya llevamos unos añitos viendo fútbol, nos hemos encontrado con situaciones parecidas o bastante similares a la que se muestra en la fotografía superior. Manías y costumbres que suelen tener determinados futbolistas para luchar o alejar la mala suerte.  Porque de boca hacia afuera, pocos son los que lo reconocen, pero tienen sus grandes manías. Es como dicen en Galicia..."no creo en las migas, dais haberlas, haylas".



Hace unos años escribí un artículo el cual titulé el milagro de Berna, sobre la asombrosa victoria de Alemania ante la muy superior y favorita selección de Hungría, que asombraba al mundo con su fútbol y su gran poderío. Pues  podría escribir que hoy voy a continuar con la segunda parte de dicho artículo y la mala suerte tiene mucho que decir también. 


Pero vamos a recordar un poco los antecedentes para no perdernos por este artículo. 

FINAL MUNDIAL 1954
ESTADIO: Wankdorfstadion (Berna)

ALEMANIA  3   Morlock (min.10)  Rahn (min.18,84)

HUNGRÍA 2   Puskas (min.6)  Czibor (min.8) 


De forma increíble la gran favorita en las apuestas, después de ir por delante 0-2 a los 8 minutos de encuentro, terminó perdiendo el partido y el título mundial a manos de los alemanes.

En esa selección húngara, nos quedaremos con dos nombres en particular, Sándor Kocsis y Zoltan Czibor. 






Sándor Kocsis








Zoltan Czibor





El paso de los años llevó a estos dos magníficos jugadores, junto con la estrella Ladislao Kubala a jugar en el mismo equipo en España, el F.C. BARCELONA. 





Kocsis, Kubala y Czibor





Pues casualidades de la vida, siete años después en la final de la antigua copa de Europa, Kocsis y Czibor visitan otra vez el estadio de tan ingratos recuerdos en 1954, el Wankdorfstadion. Pero ésta vez llegan mucho más animados, no solo por la gran plantilla que posee el equipo catalán, con la estrella española Luis Suárez a la cabeza, sino porque son superiores al Benfica y más aún cuando ellos acuden sin su gran figura, Eusebio. Confían plenamente en tomarse la revancha y salir ganadores de la primera copa para el club de la ciudad condal.


El Barcelona comienza dominando y mandando en el terreno de juego y se adelanta en el marcador, precisamente por mediación de Kocsis. Pero dos fallos consecutivos del portero catalán Ramallets (quizás en su actuación más aciaga con la elástica blaugrana), permite que en tan solo dos minutos, el Benfica le de la vuelta al marcador y se sitúe por delante.  Antes del primer cuarto de hora de la reanudación, los portugueses hacen el tercero y la cosa se pone muy cuesta arriba. Veinte minutos después el Barca hace su segundo gol, curiosamente el también húngaro Czibor. Pero estaba claro que ese no iba a ser el día escogido para acabar con el gafe de estos futbolistas en este estadio. El equipo catalán llegó a estrellar hasta... ¡ cuatro tiros a los palos !  Pero la historia ya estaba escrita a favor del Benfica. 










Como curiosidad, el presidente del Benfica, Mauricio Vieira de Brito, sufrió un infarto y fue llevado al vestuario, donde milagrosamente salvó la vida y pudo ver a su equipo convertirse en  campeón de Europa. Precisamente dicho presidente fue el que en su día negó la renovación a Béla Gutmann y dio paso a la famosa maldición que pesa sobre el equipo.





Mauricio Vieira de Brito
















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