Selección de Zambia.
Allá por el año 1988 en los Juegos Olímpicos, una desconocida selección africana sorprendió a propios y a extraños cuando de forma sorprendente, barrió con una de las grandes favoritas, Italia. A la cual ganó por 4 a 0. En ese equipo destacaba un jugador por encima de todos, Kalusha Bwalya, autor de tres de los goles del partido. A raíz de este resultado, la gente comenzó a situar a Zambia en el mapa. Hasta el mismísimo Leo Beenhakker dijo: "No debe de haber demasiadas cosas que ver en Zambia. Bueno sí, Kalusha Bwalya".
Años después esta selección ya importante en el panorama mundial, jugaba un partido importante que les daría la clasificación para el mundial de USA´94. Su máxima estrella Bwalya se encontraba lesionado y no podía jugar dicho encuentro, sin embargo, quiso viajar con el equipo. Pero había un gran problema, sobretodo económico. Y para ahorrar gastos, la federación de Zambia le negó el viaje, creando esto un conflicto interno, por el cual casi llega a las manos con su entrenador. En la medianoche del 28 de abril de 1993, el avión de las fuerzas aéreas que transportaba a la selección se precipitó al vacío, provocando la muerte de 30 personas: 24 futbolistas y 6 miembros del cuerpo técnico. Kalusha entró en estado de shock, una lesión le había salvado la vida, pero había perdido a todos sus compañeros para siempre. Destrozado por la irreparable pérdida de sus amigos, visitó la tumba de cada uno de ellos y les hizo una promesa: "Ha muerto una Zambia, pero está por llegar una nueva Zambia"
Aquel equipo habría escrito una bonita historia en el panorama futbolístico, pero lo truncó el accidente. Ahora había que colocar unos nuevos cimientos.
Kalusha visitando las tumbas de sus compañeros.
Sin prisas, pero sin pausas comenzó a reconstruir su selección, contó con la ayuda de su hermano Johnson, y otros futbolistas que ejercían fuera de Zambia. Continúo con su buen hacer haciendo goles en la liga mexicana, hasta que se retiró y pasó a se entrenador también en dicho país. Posteriormente fue nombrado seleccionador del país. A pesar de no lograr clasificarse para Alemania 2006, viajó como embajador de su país para encontrar patrocinadores. Y se empeñó en hacer un último servicio a su país, desde el sillón de la presidencia de la Federación de Zambia. ¿El objetivo? Dejar el pabellón alto en la copa de Africa que se iba a disputar en Guinea Ecuatorial y Gabón, el sitio maldito donde se produjo el accidente. No entraban entre las favoritas, y menos aún estando presente las potencias de Ghana y Costa de Marfil.
Contra todo pronóstico se plantan en la final ante la selección de Los elefantes (Costa de Marfil) y aunque son dominados claramente por estos, no llegan a materializar ninguna de sus oportunidades. Ya avanzado el partido cometen un claro penalty y el encargado de tirarlo es su máxima estrella, Didier Drogbá. Pero cuando chutó el balón incomprensiblemente cogió la dirección en la cual se encontraban los espíritus de los difuntos jugadores de Zambia...el cielo. Y llegamos a la tanda de penaltys. El peso de la responsabilidad hizo mella en la selección favorita y sus futbolistas importantes fallaron desde los once metros, (Kolo Touré, Gervinho) y Zambia se proclamó por primera vez en su historia CAMPEONA DE AFRICA.
Kalusha Bwalya había cumplido su promesa de hacer una Zambia grande.
Diecinueve años después de llorar la muerte de la generación más grande de su historia, Zambia derramaba lágrimas de felicidad. Kalusha Bwalya el delantero que había escapado de las garras de la muerte al no subir a aquel avión, había cumplido su promesa como Presidente de la Federación.
La selección de Zambia hace una ofrenda floral en el lugar del accidente después de proclamarse campeona.
parece que le estas sacando partido al libro que te preste
ResponderEliminarSi claro, lo único que saco lo más relevante y lo cuento a mi manera con más fotografías si cabe.
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