sábado, 25 de enero de 2014

UN MAGO SIN CHISTERA.




Mágico González




Hace un tiempo me leí una joya literaria sobre el mundo del fútbol, un libro de Rubén Uría titulado HOMBRES QUE PUDIERON REINAR. Aquí narraba las historias de varios futbolistas que por una razón u otra no llegaron a la cumbre en el mundo del balompié. Y había casos muy curiosos la verdad. A mi personalmente me llegó el del jugador salvadoreño, por varios motivos y aquí desde las líneas de mi blog, le rendiré un merecido homenaje. Conozcamos un poco más a este peculiar personaje.

Su llegada a España fue bastante peculiar, en aquellos años era muy complicado ver a un jugador de su país en alguna de las ligas importantes del mundo. Sin embargo, el Mundial de España´82 le sirvió de escaparate, a pesar de ser la selección que ostenta la mayor goleada en contra en dicho campeonato al caer derrotada frente a Hungría por 10-1.  Pero había un joven jugador que despertó el interés de varios equipos europeos, Jorge Alberto González Barillas, más conocido como el mago González, y posteriormente en Cádiz como Mágico González. 



El Mundial fue su escaparate para llegar a España.


Mágico ficha por el Cádiz un equipo con historia, pero modesto. Y allí se da a conocer como uno de los mejores jugadores de nuestra liga. El Ramón de Carranza no solo se llenaba cada quince días para verle jugar, sino que la grada le perdonaba su carácter indisciplinado. Motivo por el cual jamás llegó a un grande.



La afición vivió sus mejores años bajo la batuta del salvadoreño


Además en cuatro años se le permitieron numerosas indisciplinas. Jorge tenía por costumbre el dormir demasiado, salir por las noches consecutivamente y a tener reacciones extrañas y aisladas de las costumbres deportivas; su fama de fiestero era extendida, pero los dirigentes deportivos y la afición en general no hacían mayor revuelo por los buenos resultados en el campo de juego. Se llegó a extremos tales como llevar a sus antiguos amigos y dirigentes salvadoreños a tratar de hacerle razonar sobre su comportamiento, así como se asignó un empleado del club para que le llegase a despertar por las mañanas para asistir a los entrenamientos; sin mencionar las sucesivas y altas multas impuestas por el club. Se le imponían sanciones como la no titularidad en partidos posteriores a sus juergas que alcanzaban altas horas de la madrugaba, lo cual implicaba que la afición del Estadio Ramón de Carranza protestase insistentemente ya que se había convertido en el ídolo de los seguidores del club. Al respecto, el propio González describía la situación:
Reconozco que no soy un santo, que me gusta la noche y que las ganas de juerga no me las quita ni mi madre. Sé que soy un irresponsable y un mal profesional, y puede que esté desaprovechando la oportunidad de mi vida. Lo sé, pero tengo una tontería en el coco: no me gusta tomarme el fútbol como un trabajo. Si lo hiciera no sería yo. Sólo juego por divertirme
Jorge González




Mágico ganaba en el campo lo que perdía fuera.


Una de las grandes anécdotas en su pasado gaditano, fue precisamente en un partido de semifinales contra el Barcelona, en el Trofeo Ramón de Carranza. El equipo gaditano no pudo contar con el futbolista, porque no se sabía donde estaba y se fueron al descanso perdiendo 0-3. Llegó medio sonámbulo al descanso, pero el entrenador no hizo caso al presidente y lo puso en escena. Su partido fue para enmarcarlo. Dos goles y dos asistencias para acabar venciendo por 4-3. Mágico en estado puro.



Con el balón en los pies era simplemente asombroso



Sus buenas campañas en el Cádiz, lo llevaron al Barcelona, pero no por mucho tiempo. En plena pretemporada por Estados Unidos, en un hotel se activó la alarma de incendios, el único que no salió de su habitación fue el salvadoreño, ¿el motivo? estaba con una señorita. 






Su breve paso por el Barcelona



Jorge fue honesto con aquellos que le rodeaban en el mundo del fútbol, reconocía abiertamente que no servía para llevar una disciplina obligatoria, pero siempre cumplía en el campo. Jugaba por diversión, no por obligación. A pesar de su forma de ser y de entender este deporte, causaba admiración en propios y extraños. Maradona que coincidió con él en su etapa en el Barcelona, lo describe como uno de los mejores jugadores del mundo con diferencia. Kiko Narváez, uno de los ídolos colchoneros lo ha definido siempre como su maestro. Admirado por muchos, eso definía al personaje.



Kiko y Mágico González en su etapa en el Cádiz




Alumno y profesor...



Quizás nunca llegó a ser un rey como escribió el Hacha Uría, pero algunos simplemente siendo príncipes obtienen su felicidad en la tierra y hacen soñar a muchos otros. ¡¡¡  Eterno Mágico  !!!







Algunas de sus jugadas...










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