¡Luis!, ¡Luis!, ¡Luis! Era el grito de guerra del Calderón cuando el rival cometía el terrible error de hacer una falta al borde del área. Allí acudía raudo y veloz "Zapatones" para convertir en medio gol cada ocasión a balón parado.
Muchos atléticos tendrán en su mente siempre que recuerden a Luis, al jugador que hizo el gol más importante en la historia del atlético, el 1-0 en la final de la copa de Europa contra el Bayern de Munich, precisamente de libre directo. Era tal su confianza, que levanta los brazos antes de que el balón llegue a la portería de Sepp Maier.
Luis celebra el gol antes de marcarlo
Nadie le discutía a Luis los tiros de falta, en una ocasión Isacio Calleja se atrevió a lanzar una falta y en el vestuario se lo recriminó de forma airada. Todo carácter.
Su nombre forma parte del cuadro de honor del club, fue el primer jugador en marcar un gol en el Vicente Calderón, tanto en liga, como en competición europea. Frente al Valencia y al Malmöe sueco. Es el máximo goleador del club y único ganador de Liga y Copa como jugador y entrenador.
Muchos conocerán más o menos los datos futbolísticos del sabio de Hortaleza, con lo cual, he querido en esta ocasión volcarme más sobre la persona que sobre el futbolista. Porque detrás de la persona hay miles de anécdotas, muchas de ellas desconocidas para la gran mayoría. Y en éstas basaré mi artículo sobre Luis. Espero que os guste.
Su carácter sale a relucir
En el 2005 en un partido de la repesca para el Mundial de Alemania entre España y Eslovaquia, Luis sale con frecuencia del área técnica para transmitir instrucciones, el cuarto árbitro se acerca a él y le insta a que deje de hacerlo, a que no sobrepase la línea que delimita su zona. Para ello planta su huella en uno de los escudos del Atleti que decoran las bandas. Y Luis le espeta: "Y usted no pise ese escudo".
Dormí jugador...desperté entrenador
Vicente Calderón le pide a Luis que se haga cargo del equipo, así que de forma automática pasa de ser jugador a entrenador en las siguientes 24 horas. Muchos compañeros le preguntaron que hacía vestido con el chandal y su respuesta: "Ahora soy el entrenador". Lo primero que hizo fue pedir el apoyo para sacar aquello adelante y a continuación comenzar a llamar a sus compañeros de usted, cosa que mantuvo siempre. Respetaba a sus futbolistas y se partía la cara por ellos.
Miguel Ángel Ruiz levantando el Villa de Madrid
El defensa Miguel Ángel Ruiz recuerda en su etapa de jugador del Madrileño como un día entrenando con los mayores, hizo una entrada un tanto dura a un jugador del primer equipo, ve que Luis viene hacia él y espera una bronca de aúpa. Le dice: "Siga usted así, y pronto estará con nosotros". No tardó en subir al primer equipo.
Cacho Heredia
Luis era impredecible en todo momento, recuerda el Cacho Heredia. "Después de un partido en Las Palmas, que perdimos por 3-0, estábamos muertos. Luis me mandó a llamar a los jugadores. Y así lo hice, les dije: Nos va a poner a caldo. Y comenzó: "Les voy a decir una cosa, hemos perdido, pero el próximo partido tenemos que ganar como sea. Y les voy a decir otra cosa, no quiero ver a ninguno dentro del hotel. Váyanse todos por ahí". Ese era Luis. Un padre con sus discípulos.
Leivinha, Aragonés y Luiz Pereira
En algo que coincidían todos, es en su forma para controlarlo todo desde la sombra. Cuenta Luiz Pereira: "No pasaba nada si salíamos de vez en cuando o si alguna vez fumábamos. Él lo controlaba y vigilaba todo. Él sabía si alguno llegaba malo. Era inteligente. Si alguno llegaba mal, le decía, usted a la ducha"
Lo sabe Leivinha, que en más de una ocasión, se topó con Luis en la noche madrileña. "Una noche nos fuimos a tomar un cubata antes de ir a casa, a una conocida discoteca, y cuando estábamos pidiendo la consumición, el camarero nos avisó de que Luis estaba en el local. Efectivamente, nos dimos la vuelta y ahí estaba él. Estuvo un rato con nosotros y al día siguiente, antes del entrenamiento, nos pusimos a correr como nadie y el míster nunca nos dijo nada, pero durante un mes nos tuvo con las orejas tiesas"
Marcos Alonso
Para entrar al vestuario del Calderón se pasa por delante del entrenador. Marcos Alonso pasaba todas las mañanas y le decía buenos días mister, y Aragonés nunca contestaba, hasta que un día pasó por delante de él y no le dijo nada. ¡Qué pasa, que usted no saluda!, le espetó Luis. Pero si nunca me contesta, le respondió Marcos. No importa, pero le oigo y me gusta oirle cómo me saluda. Genio y figura.
El Rey Juan Carlos felicitando a Luis
Con el monarca mantiene, no obstante, una fluida relación. Cuando el Rey le entregó la medalla de oro al Mérito Deportivo, Luis le preguntó que cuánta dotación económica tenía y el Rey, que tiene también un gran sentido del humor, le dijo que ninguna, pero que lo iba a gestionar. Desde entonces, cada vez que se veían, Luis le preguntaba que cómo iba lo suyo.
Futre y Luis
Luis y Eto'o
Con Romario en un entrenamiento
Como técnico ha sido de no tocar mucho el bloque y de exigirles más a las estrellas, por eso los famosos enfrentamientos con Futre, Eto'o o Romario. Los cuales guardaron siempre una buena relación con él, llamándolo incluso antes de firmar algún contrato con el siguiente equipo.
Roberto Simón Marina
Luis sabía utilizar la psicología como nadie con los jugadores, recuerda Marina. "A mi me decía, usted tiene que estar en la selección. Usted en mi época seria el mejor, y yo pensaba, o me está vacilando o es verdad y yo, que tenía veinte años, me lo creía. Te convencía siempre. Fue el entrenador que me subió al primer equipo y es el entrenador que más tiempo he tenido. Luego he estado con él dos años trabajando en el cuerpo técnico. Él me hizo crecer y por eso le tengo un cariño especial".
El sabio se lo llevó de ayudante para retornar al club de sus amores a la primera división. "Un día estaba el equipo tirando faltas y no metían ni una. Entonces Luis lo intentó y tampoco lo consiguió, y dijo: Yo tengo sesenta años y ya no me sale, pero aquí está Marina que les va a enseñar". Yo estaba con el abrigo y las gafas del mister en la mano y me dice "tire usted". Estaban todos mirando, Correa, Nagore. Total, que tiré y la metí. Se volvió a los jugadores y les dijo: "¿Ven?, pues éste no tenía ni puta idea. Yo le enseñé".
Era capaz de desactivar momentos de tensión. "En un partido de copa Aguilera recibió un balonazo y salió inconsciente . Cuando ya nos íbamos, subió el masajista al autobús y Luis le dijo, a ver, cuénteme. El masajista comenzó a relatar: lo hemos llevado al hospital... Le cortó y le dijo: ¡que me cuentes cuántos somos, que nos vamos! Era un fenómeno, relata entre carcajadas".
Una vida colchonera
Sus ideas muy claras
Era tal su amor al club que según él lo hizo futbolista y persona, que siempre exigía dos cláusulas en su contrato para ser liberado: la llamada del atleti o de la selección. Con su llegada se acabaron los años de naufragio y grandes decepciones, cambió por completo el chip del juego, envió al olvido el título de LA FURIA, por el de LA ROJA. Cambió la garra por los jugones y el tiempo le vendría a dar la razón.
Xavi, la piedra angular de su proyecto
Como reconoce su ayudante: "cada 15 ó 20 días se iba a ver jugar a Xavi, yo le decía, ¿tan importante es?, si ni siquiera es titular en el Barca. A lo que me respondía: para lo que yo quiero si. Sabía que el juego debía pivotar por Xavi. Además, como el fue el centrocampista más goleador en la historia del fútbol español, no entendía como jugadores como Iniesta o Xavi no hicieran más tantos. Al hacerse cargo del equipo nacional, les dijo que tenían que tirar más".
Su frase célebre
Un gran motivador
Comenzó dotando de autoestima a un grupo que había sido zarandeado por la opinión pública. "¿Para qué estamos aquí? Dicen que para no sé qué de cuartos, no para ganar. Yo ya tengo ganas de ganar una Eurocopa o un Mundial como entrenador y ustedes tienen categoría para hacerlo, si me hacen caso...Si no estoy en la final con este equipo, soy una mierda", les arengó durante el torneo, según desvela la película "CAMPEONES".
FINAL COPA 1992
Otro claro ejemplo de su poder de motivación, se produjo en la antesala de la final de la copa del Rey de 1992. Futre narra la anécdota.
Eran las nueve de la mañana y esa noche del 92 jugábamos la Final de la Copa en el Santiago Bernabéu contra el Real Madrid.
Estaba con Manolo en la habitación, y álguien comenzó a dar puñetazos a la puerta. Nos despertamos con un susto de miedo.
- ¿Qué hora es?, le dije.
Él me respondió: "Son las nueve", mientras los puñetazos sonaban cada vez más fuerte.
- ¿Quién es?, chillé desde mi cama. "Soy yo, abra la puerta", me contestó.
Reconocí su voz: "¡Uf, el Míster a estas horas, no me jodas!, pensé. Abrí la puerta.
Luis Aragonés entró como una fiera. Levantó las persianas, cogió una silla y se sentó al lado de mi cama. Yo apenas tenía los ojos abiertos por la claridad del día.
- "Míreme a los ojos", me dijo.
- ¿Pero cómo voy a mirarle si todavía no he abierto los ojos?. Estoy seguro de que lo que me quiere decir lo podrá hacer más tarde, le respondí.
- "Ni hablar, usted me va a mirar a los ojos y me va a escuchar ahora, ¿Se acuerda usted de los insultos que le propinaron Míchel, Gordillo y Hierro a Pizo Gómez?. ¿Usted sabe dónde y cómo le humillaron?."
- "Claro que lo sé. Desde un coche comenzaron a burlarse de Pizo en un semáforo y a decirle:
- "Eres nuestro ídolo y mil barbaridades", le respondí. Luis me contestó en seguida: "Pues bien, Paulo, hoy vengaremos a Pizo. Estos tres se van a tragar los insultos que le hicieron a su compañero y hasta el último día de sus vidas van a recordar el día de hoy".
Como reconoció Schuster posteriormente, jamás había salido a un campo tan convencido de la victoria.
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Marchena, Puyol y Ballack
Era un visionario del fútbol y sabía en todo momento donde estaban las virtudes del equipo contrario. Para la final, recalcó cuidar a Wallace (Ballack) y los jugadores intercambiaban miradas cómplices sabiendo a quien se refería. Luego en el túnel de vestuarios para romper los nervios de sus jugadores, Luis se acercó a Ballack y le dijo: "Hola Wallace, ¿cómo está usted?". Los jugadores no pudieron contenerse más y rompieron a reír, esto consiguió que saltasen al campo sin pizca del nerviosismo que los atenazaba en los momentos previos.
Cesc charlando con Luis
"Es un entrenador que tiene lo que hay que tener, y no todos lo tienen", certifica Cesc, a quien Luis le otorgó la responsabilidad con 21 años, de tirar el penalti decisivo contra Italia en los cuartos.
Imagen nostálgica, Luis y Manolo Escobar durante los actos de celebración de la Eurocopa
Sentido homenaje de su querida afición en su casa, el Vicente Calderón
Pero ante todo los más cercanos destacan sobretodo su calidad humana y su gran sentido del humor, por eso me gustaría cerrar este artículo con una imagen que refleje este hecho tan poco conocido para el público en general.
¡ HASTA SIEMPRE LUIS !
Buen articulo Alfredo,y buenas anécdotas también,que tendrá este genio que ya sean madridistas,culés,sevillanos...y ya no decir colchoneros,que lo echaremos tanto de menos como eternamente agradecerle lo que ha hecho por el fútbol español,con el nacio el tiki-taka en la roja,con el se inicio el triplete que nunca antes ha conseguido una selección eurocopa-mundial-eurocopa,tuvo los cojones de cambiar el estilo español,por eso GRACIAS ZAPATONES.
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